Lo que pasó con TERRA, LUNA y el token UST, es muy simple, los algoritmos no están hechos para interpretar la racionalidad e irracionalidad en los mercados. Por lo menos todavía no. Esto último es un asunto más sicológico y humano, que acaba de demostrar que supera a la criptografía. El derrumbe de todo el ecosistema TERRA, responde más a un pánico sistémico, que el protocolo no tenía previsto. Se puede ser muy creativo codificando aplicaciones, pero si no se tienen en cuenta los fundamentos económicos, el resultado es el que se vio con el colapso que ocurrió en esta blockchain.
La criptografía es una herramienta útil, pero no es infalible a la sicología de los mercados y a situaciones de irracionalidad. Al citar el tema de la irracionalidad, es en el bueno sentido. Un activo tiene un precio y tiene un valor y entre ambos aspectos, juega la sicología humana. Lo que pasó con TERRA, LUNA y UST es una prueba de que, en el mundo criptográfico, todavía queda mucho trabajo por hacer. En principio no se puede saltar la realidad, creyendo que algunos algoritmos son “mágicos”. Una vez más, algo muy típico en los mercados, ha hecho su parte: la codicia y luego el miedo.
Qué pasó con TERRA, LUNA y UST
Lo racional dentro del protocolo TERRA, es que se crea un modelo de arbitraje basado en que al quemar el token LUNA, se acuña UST. Ese proceso arroja un incentivo a los arbitrajistas. Por cada dólar que vale LUNA en su precio, al quemar esta ficha en el algoritmo, se obtienen una cantidad proporcional de moneda UST. También funciona en la dirección opuesta. Hasta allí todo podría ser aceptable y muy lógico. Sin embargo, como LUNA y UST se cotizan en mercados exógenos a su plataforma, el precio no puede ser controlado totalmente por el programa.
La plataforma que permite el arbitraje establece que, si UST sube o baja, se queman UST o LUNA, para restablecer el equilibrio y mantener a UST siempre en el precio de un dólar. Dentro del sistema luce lógico, porque funciona de manera mecánica, pero fuera del sistema, las cosas son distintas. La economía no funciona mecánicamente, así que una criptomoneda tampoco lo hará por mucho tiempo. La desviación del precio de UST es un factor que muchos críticos asomaron, que no podría mantenerse.
El algoritmo, el precio y el valor de LUNA
Según la mecánica del protocolo, UST siempre estaría en el precio de un dólar. Qué pasó con TERRA, LUNA y UST que no pudo sostenerse. Que fuera del protocolo, entra en juego el asunto del valor y esto tiene que ver con las decisiones de los participantes de un mercado. Cada jugador tiene unas expectativas, que no son necesariamente las del protocolo, y en este punto entra la sicología de las masas. Eso no lo prevé al algoritmo. Además, las expectativas de un comerciante, no son las mismas a las de otro.
El pánico no previsto en un código informático
El miedo y pánico en los mercados se vuelven sistémicos y cuando se produce una ola vendedora, el precio no cuenta, sino el valor. En caso de una caída, el valor se fundamenta en lo que los participantes están dispuestos a tolerar y aceptar en pérdidas. Lo mismo ocurre en etapas de euforia, como pasó con LUNA, al subir enormemente, en tiempo anterior. Incluso, los desarrolladores del mismo protocolo fueron presa del pánico, al vender toda la reserva de Bitcoin que habían adquirido para respaldar a su sistema. Esto fue un error mayúsculo, en medio de un miedo desatado, y el mensaje que enviaron a la comunidad fue el de un “rug-pull”, es decir, que abandonaron la blockchain. Esto empeoró la situación.
La capitulación es una decisión humana
El asunto de la irracionalidad entra en que los participantes dejaron de creer específicamente en la propuesta del algoritmo. Es decir, la mayoría dejó de creer de la “magia” del software de mantener estable el precio. En los mercados exógenos, salían de LUNA y UST al mismo tiempo, hasta derrumbarlas desde todos puntos de vista. Los participantes no quemaron UST para obtener LUNA, y quienes lo hicieron en principio, vendieron LUNA de inmediato al olfatear el colapso.
Al citar lo irracional, no es sobre la actuación de los participantes del mercado, sino al funcionamiento del algoritmo. El mismo no pudo cumplir las expectativas y un UST, que debía tener precio de 1 dólar, llegó tan bajo como a 0,22 dólares. Y este es el punto, cuando los participantes de un mercado capitulan, se trata de una decisión humana y el protocolo, no lo entenderá o no está diseñado para eso.
¿Una estafa?
Otro aspecto que hay que resaltar es que los desarrolladores propiciaron una acumulación de UST, tras la promesa de 20% de rendimiento anual. Un interés alto y muy atractivo. El origen de los fondos para tales pagos, se basaba en las recompensas adquiridas tras cada transacción. Se trataba de una suerte de minería con pago fijo al año. Esto no fue demostrado como se estaba financiando y a partir de allí, muchos críticos de TERRA señalaron que estaban ante una estafa Ponzi. Sin embargo, la codicia de los participantes, los llevó a entrar masivamente en el modelo.
TERRA, LUNA y UST, destrozadas por todos lados
Todo el ecosistema de TERRA se derrumbó, presa del pánico de los participantes del mercado, que al final no vieron más el precio, sino que se ajustaron al valor. La criptomoneda LUNA se desplomó de 65,27 dólares a un mínimo de 0,88 dólares en tres días. El token UST, se desplomó hasta un mínimo de 0,21 dólares y no pudo recuperar la paridad prometida en el protocolo, con el dólar.
TERRA es una blockchain diseñada para aplicaciones descentralizadas, basada en las criptomonedas estables algorítmicas. Su principal DeFi, Anchor, se desplomó desde 18 mil millones de dólares en su TVL, hasta 2,6 mil millones de dólares en cinco días. Anchor perdió 87,44% de sus fondos en siete días, la segunda aplicación, LIDO, se desplomó 97,16% en su TVL. Mirror perdió 73,38%, Astroport, 93,64%. Todo el sistema DeFi de TERRA se derrumbó 75,17% en apenas 24 horas.
Lo que pasó con TERRA, LUNA y UST, es una lección. Para los desarrolladores e informáticos queda un aprendizaje. Un algoritmo criptográfico puede ser muy creativo, pero si obvia fundamentos económicos, que se basan en la sicología de las masas, en las expectativas humanas, en el sentimiento de miedo y codicia, probados por cientos de años en los mercados tradicionales, seguramente colapsará en algún momento.
Comunicador Social. Entusiasta de las criptomonedas. Periodista sobre temas de economía. Bitcoiner, Altcoiner.