La clave privada y la clave pública, que permiten que se realicen transacciones con criptomonedas entre los usuarios. La clave privada es la única manera de demostrar quién es el verdadero propietario de los “tokens” en una billetera digital. Certifica que se tiene las monedas, ante el resto de los usuarios y ante toda la red que conforma una cadena de bloques.
Aunque para el usuario común estos aspectos técnicos, propios de la criptografía, por lo general pasan por desapercibidos. Es necesario comprender que el correcto uso de la clave privada ayuda a mantener seguras las criptomonedas.
Una dirección de bitcoin se deriva de la clave pública y ésta de la clave privada. La clave privada es creada por el usuario cuando está configurando su billetera digital. Gracias a la criptografía, una serie de letras, números y símbolos que el usuario introduce para proteger sus operaciones, se crea la clave digital. Será válida por toda la red, ese proceso lo hace el sistema con un algoritmo llamado ECDSA, en el caso del bitcoin.
Clave privada y seguridad de las criptomonedas
La clave privada es la que permite al usuario entrar a su billetera digital instalada en su computador personal, en su teléfono celular, laptop, o tabla. Es la llave de entrada al control de los “tokens” en la dirección vinculada con esa clave, por lo que debe mantenerse en resguardo.
Esta información estará en el archivo del monedero del usuario, que se guarda en el disco duro de su computador, o en la memoria del teléfono móvil inteligente. Según sea el tipo de billetera digital que posea. La clave privada da acceso al dinero representado en las criptomonedas o fichas que hay en la cartera digital y nunca será expuesta.
Hay monederos que establecen mecanismos de seguridad, como las palabras “semillas” gracias al BIP39. Se trata de 12 palabras que se deben tener guardadas de manera muy segura. Se denomina código nemónico y sirve para recuperar el acceso a los “tokens” en una cartera a la que no puede entrar. Puede ocurrir que se dañe un disco duro donde están los archivos de la billetera, se pierda el teléfono celular o se dañe el sistema operativo.
Clave privada y billeteras
Cuando un usuario utiliza una billetera digital en la computadora, como Electrum, puede crear tantas billeteras crea necesarias, cada una con su clave privada. En este caso con la criptomoneda Bitcoin. En cada cartera podrá tener en distintas direcciones de bitcoin, la cantidad de fichas distribuidas a su juicio o según reciba pagos en la red.
Si un tercero lograra tener acceso a la clave privada, sólo podría entrar a la cartera de la que sólo tiene dicha clave y tener control de las monedas en las direcciones vinculadas solamente a esa billetera.
Mucho cuidado
El usuario debe tener estrictas normas de seguridad con las palabras “semillas” que utiliza en sus dispositivos para almacenar criptomonedas. Por supuesto, también la clave privada para acceder a cada dirección. No hay forma de conocer la clave privada, a menos que el usuario la facilite.
La clave pública permite saber, a través de la dirección bitcoin, el saldo en esa misma dirección específica, si se utiliza un explorador de bloques en línea.
Un caso práctico
Si un usuario tiene una billetera digital en su teléfono celular inteligente y lo pierde, tendrá que importar su billetera a un nuevo dispositivo. Debe emplear las palabras “semillas” del monedero que configuró anteriormente, para seguir usando la misma billetera y volver a acceder a sus criptomonedas.
El usuario debe tener siempre claro, que la clave privada está en los dispositivos, y las monedas en la cadena de bloques. Este es un aspecto importante tenerlo presente, para evitar confusiones en caso de que los dispositivos se pierdan.
En caso de no recordar la clave privada para acceder a su monedero, no podrá hacer uso de sus criptomonedas. Entre los maximalistas del Bitcoin existe la máxima que dice: “Si no son tus llaves, no son tus monedas”. Esto quiere decir que, si las criptomonedas que posea un usuario, no están bajo su control en su billetera, con su clave privada, es como si no fueran suyas.
Lo anterior hace alusión a las personas que acostumbran a mantener monedas en los intercambios centralizados o CEX. Esas monedas no están en poder o control directo del usuario, sino de la empresa que presta el servicio en línea. En ese caso, es el “exchange” el que tiene el control de la dirección donde están alojadas las monedas y no el usuario.
Comunicador Social. Entusiasta de las criptomonedas. Periodista sobre temas de economía. Bitcoiner, Altcoiner.