El gobierno de España está siguiendo todas las recomendaciones posibles para intentar regular el mercado interno de criptomonedas. Hasta ahora el paso a seguir es que los intercambios que operen en ese país, se oficialicen, para generar una custodia de los activos digitales. La idea es que exista protección a las inversiones de los usuarios. En este caso, el Banco de España se centrará en que se cumplan con todos los servicios a través de las casas de cambio en línea.
Todos los intercambios que operen dentro de España, tienen hasta finales de diciembre para registrarse y entrar en el proceso de regular las criptomonedas. Esta situación comienza a generar incertidumbre, porque los inversores españoles ahora no tienen claro si tendrán que pagar impuestos por invertir en esta industria. Las inversiones de los usuarios, el ahorro, sus ganancias de capital y otros procesos, podrían ser pechados por el gobierno.
España comienza a regular las criptomonedas
El propósito de esta regulación es que todas las instituciones españolas puedan hacer seguimiento a los activos de los inversionistas. Entre ellas las transacciones realizadas por estos en los intercambios que estén registrados y evitar la evasión tributaria. También el gobierno quiere evitar el lavado de dinero utilizando el mundo de la criptografía. Una de las características del uso de criptomonedas como forma de inversión es que por lo general no hay intermediarios y existe mayor libertad del uso del dinero.
Para que un país como España pueda regular el mercado de las criptomonedas, requiere que el intercambio que interactúe con el usuario. Esto quiere decir, que el inversionista entregue su dinero fiduciario a las cuentas de la casa de cambio, y reciba criptomonedas. Puede recibirlas en su billetera personal o dentro de las billeteras que ofrece la empresa corredora. La compañía intermediaria debería tener cuentas en bancos locales, para administrar los fondos fiduciarios
Persona a persona
Pero existe la modalidad P2P, o transacciones persona a persona, que ofrecen intercambios, que no se involucran en el manejo de dinero fiduciario de terceros. Es decir, el intercambio crea un mercado con un sistema “escrow” en el que los usuarios intercambian y la empresa ni siquiera cobra una comisión. Esta modalidad es mucho más difícil para que los gobiernos implementen regulaciones y menos posible de pechar impuestos. Técnicamente, el intercambio no estaría operando en ese país, al no necesitar abrir cuentas en sus bancos tradicionales.
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